Quieren que seamos seres dependientes, eso está claro.
Desde que nacemos, nuestros padres nos educan bajo el miedo del rechazo; es por ello que se nos obliga a encajar. Pero realmente, ¿qué significa encajar? En lo que llevo vivido, cuanto menos destacas, más encajas; por lo que para evitar el rechazo lo mejor que puedes hacer es ser nadie. Pero es curioso, porque ser nadie implica ser como todos; lo cual es tan contradictorio como cierto.
Pretendemos ser alguien sin salirnos del camino que sigue la multitud: lo cual es altamente difícil de conseguir. Y es que en cierto modo, es verdaderamente complicado salir de ese camino de piedras, cuando a la sociedad no le gusta que la gente posea una individualidad. Cuanto más distinto eres a los demás, mayor es el rechazo. Ese camino solo lleva a la ignorancia y a la desidia.
En una ocasión escuché decir que la conversación más coherente es aquella que se mantiene con uno mismo. No le quito razón a la cita, sin embargo, cabe añadir que el mero concepto de "hablar solo" está ligado a la locura. Y no, no hace falta que te pongas a hablar en voz alta con la pared. Estoy refiriéndome al mero hecho de reflexionar por nosotros mismos, ya sea en nuestra cabeza, escribiendo, o bueno, si realmente quieres hablar con la pared, te animo a que lo hagas.
Nos crían enseñándonos que no somos seres autosuficientes, que siempre necesitaremos tener algo o alguien además de uno mismo para vivir y que, en esta vida, nuestro principal móvil es encontrar una media naranja, ya que estamos incompletos. La situación va realmente mal. En mi instituto, los que escribían poesía eran los locos; si alguien estaba solo en el recreo, era un raro. Pero es que a día de hoy, nos burlamos de los que van solos al cine (cuando, irónicamente, hemos visto más películas solos en nuestras casas que acompañados) Parece que uno de los propósitos de la sociedad actual es crear seres incapaces de actuar por ellos mismos y que se sienten obligados a seguir aquello que promuevan las celebridades.
Está realmente castigado el pasar tiempo solo. Y con esto, no me refiero a estar todos los días de nuestra vida apartados de la sociedad. Estoy hablando de reservar una parte de nuestro tiempo para crear nuestra propia identidad. ¿Tan raro suena? No es sano compartir y hacer todo lo que nuestro alrededor hace. Todos deberíamos tener un tiempo de reflexión. Imaginad que somos una planta que ha de ser regada con tiempo en lugar de agua. Si no regamos esa planta, jamás crecerá. Y seguirá siendo una planta más de un mismo matorral. Sin embargo, ¿sabéis lo satisfactorio que es vernos como seres individuales? Ser árboles llenos de hojas y frutos que compartir con aquellos que precisan de ellos. Cada ser es único, de eso no hay duda. Pero si la sociedad no evoluciona es porque está creando matorrales en vez de bosques.
Creo que lo mejor que podemos hacer por ahora es invertir más tiempo en nosotros mismos sin pensar que ser diferente sea negativo. Centrándonos únicamente en lo que nos hace crecer.
Este texto fue escrito escuchando Bach - Harpsichord Concerto No.1 in D Minor
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