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La obligación de sentirnos felices

No, no me da la gana de estar feliz hoy.

¿Por qué? ¿Por qué esa obsesión? Odio la sociedad en la que vivimos por millones de razones, pero creo que la que más me empuja a sentir eso es esa conducta que nos hacen seguir de intentar estar felices 24/7. PUES NO SEÑOR, NO ME DA LA GANA. No creo en ningún dios, pero creo en mí mismx y en el equilibrio que debemos guardar, tanto interno como externo. Es imposible sentirse feliz siempre. Pero oye, que tampoco es necesario. De hecho, yo no lo recomiendo. Nos vemos supeditadxs a esa obligación de estar siempre con una sonrisa en la cara, y lo que es peor aún, hacérselo ver a lxs demás.
¿Cuántas veces habéis entrado en alguna red social y habéis visto gente aparentando ser felices? Nos quejamos de lxs famosxs por hacernos ver que tienen una vida ideal cuando verdaderamente no la tienen; pero es que el resto estamos igual. Que si cenita maravillosa, que si fiesta de ensueño,... NO, no son tal y como la recreamos en ese momento y lo sabemos. Está claro que tampoco es plan de publicar lo peor de tu vida. Pero es que no tiene sentido que nos autoconvenzamos de lo maravillosa que fue la noche cuando nos hemos aburrido y hemos vivido más silencios incómodos que minutos de risas. Si no te sientes feliz en ese momento NO PASA NADA.
Ya llegarán las fiestas increíbles llenas de alegría. Pero si en ese instante estás como una mierda, no hagas como si fuera la noche de tu vida; porque ahora os traigo la consecuencia de todo esto. Te levantas y revisas tus redes sociales; ves las fotos y los vídeos de tus amigxs de la noche anterior; y ves que todo es purpurina serpentinas; y lo que es peor, te lo crees. Vas a una cafetería; el que te sirve el té es un chico de 23 años que lleva tres semanas madrugando y sin librar y él, aun así, te sonríe; y tú te crees que esa sonrisa es sincera. Te pones la tele un rato y ves como la gente disfruta y es feliz con la cafetera que te compraste hace una semana; cuando tú realmente te preparas el café y sabes perfectamente que a las 7 y media de la mañana es imposible estar con esa buena cara.
Y en ese momento -o quizás unos minutos más tarde- inconscientemente te preguntas qué estás haciendo mal. ¿Por qué todes a mi alrededor son tan felices y yo estoy aquí tan apático? Bueno, pues eso tiene fácil respuesta: porque ni todes son tan felices ni tú eres tan desgraciado. Es problema de la sociedad que recordemos antes los malos momentos que los buenos. Quizás a ti no te apetece estar fingiendo todo el día. Quizás eres más sincerx contigo mismx. Pero no sufras, no tienes que demostrarle nada a nadie. No vivimos para aparentar. Disfruta de los buenos momentos y aprende de los malos. Aprende a darle más importancia a tu vida que a la vida que demuestras tener. No busques la felicidad, haz que nazca de ti. Y no te voy a decir que disfrutes la vida, porque no siempre se puede. Pero aprende a valorar cada momento y piensa en lo que te aporta a ti (y no a la sociedad).




Este texto fue escrito escuchando la canción Milo en bucle en mi cabeza.

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