¿Como vaca sin cencerro o como cencerro sin vaca?
Como quiera que sea: perdido. ¿Pero perdido en qué sentido? Sabemos donde estamos, por lo que no estamos tan desubicados como uno puede llegar a plantearse. Pero son nuestros pensamientos los que a veces lo están. No sé los vuestros, pero los míos parece que cuando se pierden, se pegan entre ellos. Y creo que son esas trifulcas las que me llevan a verdaderos quebraderos de cabeza. Quebraderos de cabeza que siempre me hacen responder a la pregunta ¿Cómo estás? con un simple "Rayadx". Fue el verano del año pasado cuando me di cuenta de que la mejor manera de que mis pensamientos hicieran las paces y me dejaran tranquilo era escribiéndolos en una libreta. Y la verdad es que esa acción ha acabado siendo en muchos casos una efímera panacea. Porque, ¿a quién vamos a engañar?, es cuestión de tiempo que volvamos a complicarnos con diálogos enrevesados en nuestra mente. Pero al menos me curo por unos minutos, horas, días o incluso semanas. Pensamientos, reflexiones y sentimientos son los elementos que van a acabar teniendo lugar aquí para que, de esta forma, nunca se pierdan y se peleen entre ellos. No busco que os guste lo que escribo, pero sí me encantaría que vieseis algunos de vuestros pensamientos expresados aquí. Así nos daremos cuenta de que perderse es otra manera de encontrarnos con otras personas. Dicho esto, os invito a ubicaros conmigo en una necesaria pérdida.
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